
Siempre me habían enseñado,
que habitabas allá, muy lejos!
Y que para poder encontrarte,
debía elevarme hasta el Cielo.
Es por eso que te busqué afuera
y en realidad, tú estás dentro.
Habitas en lo profundo del alma:
Eres ternura, alegría y consuelo!
Debo aprender a descubrirte,
en sucesos y acontecimientos...
y en las circunstancias simples,
donde en la vida te manifiestas.
En nuestros quehaceres diarios,
en nuestros triunfos y fracasos.
En las alegrías y en las tristezas,
Tú estáas siempre a nuestro lado.
Concentrarnos y vivir atentos,
intuyo, que es buena ciencia.
Experimentar cierta afinidad:
Sentir en la vida Tu presencia!
Percibir en nosotros tu presencia,
amén de traernos alegría y paz,
es igualmente, eficaz medicina:
Erradica el flagelo de la soledad!
Y tal vez, en parte, tenían razón,
segun lo digo en el primer verso:
No podemos quedarnos ociosos,
sin ir en busca de aquel Cielo.
Y al fin, con ojos y oidos atentos,
a la sazón, descubrí el misterio...
Yo siempre te busqué allá lejos:
Y estás presente dentro nuestro!
Y por haberlo yo experimentado,
hoy puedo arguir con denuedo:
Que allí donde Dios esté presente,
allí mismo, se encuentra el Cielo!
Hno. Santiago E. Kloster
GRACIAS UNA VEZ MAS, POR ENGALANAR CON ESTE TAN
ResponderEliminarHERMOSO POEMA, ESTE HUMILDE BLOG...QUE SOLO PRE-
TENDE HACER QUE EL SENIOR ESTE "MAS CERCA" DE CADA UNO DE LOS LECTORES.
ETEL
La poesía nos acerca más a Dios, gracias por compartir tanta belleza
ResponderEliminarBENDICIONES PARA TODOS LOS POETAS
Mabel Pruvost