Me llamaste a lo desconocido
a transitar un mundo nuevo
me dejé llevar, a trabajar por otros
a servirte hasta el último suspiro.
A amar, hasta el extremo
a lavar los pies al hermano.
Dijiste: "Ven tal como eres
así te quiero, sólo dame tu mano".
Mansamente, cual cordero
dije sí, a dónde?, no sabía;
tu fuiste marcando el sendero
por nuevas sendas, un nuevo derrotero.
Juzgaras Señor, si lo hice bien o mal
a medias, nunca nada
me lancé a la obra en tus brazos,
en ti, siempre fija la mirada.
Al llamado respondí...
en la Cruz, puse toda mi confianza
simplemente, me enamore de ti,
sera hasta el fin, con total perseverancia.
Ma. Etelvina Gimenez