Cual salida de la piscina de Siloe
bajo los efectos de un remedio misterioso
me siento en cada Eucaristía
con sentimientos profundamente hermosos.
Entro en la fuente como el ciego, el leproso
abismada en tu presencia
al toque de tus manos sanadoras
recorriendo palmo a palmo mi existencia.
Por el poder de tu cariñoso abrazo
vas cicatrizando herida por herida
tu cuerpo y sangre Señor
se transforma en pócima curativa.
De las ciencias médicas,
eres de los médicos el único, el mejor
me envuelves en el calor de tu manto
sanando cuerpo y alma por tu puro amor.
Me llenas de paz y calma
en cada Eucaristía
haciendo brotar en mi interior
sonidos de un nuevo canto
dandome paz, gozo, alegria.
RECORDANDO LA SOLEMNIDAD DE CORPUS CHRITI.
Ma. Etelvina Gimenez
Con la esperanza que para todos los lectores de
ResponderEliminareste sencillo blog...la Eucaristia les produzca
el mismo efecto sanador.!!!
ETEL