Si afinara mis oídos
y aprendiera escucharlas;
tal vez oiría sus voces,
en las madrugadas.
Parecieran estar tristes,
y motivos no les faltan:
¡Se han quedo huérfanas
las flores y las plantas!
Hernán conocía su origen,
el nombre de cada planta,
y al hablar con ellas,
por el nombre las llamaba.
Ahora nadie les habla,
ni una sola palabra;
antes del amanecer,
o al despuntar el alba.
Tal vez nadie las ama
como él las amaba,
y les dedicaba tiempo,
en cada circunstancia.
A veces se escuchan
lamentos de nostalgia;
¿quién nos dará agua
cuando nos haga falta?
El cielo se compadece
al verlas tan desoladas...
La lluvia cae mansamente;
ignoro si es agua,
tal vez, sean lágrimas.
Ahora parecen sonreír,
cuchichean en voz baja,
la Providencia las ama,
y cuidará de ellas,
como Hernán las cuidaba.
Es como si percibieran,
su presencia entre ambas;
de quien tanto las halaga,
de quien, aún las mima;
¡las recuerda a la distancia!
Y se sienten muy felices,
ostentando sus flores;
¡esparciendo por doquier
su balsámico perfume,
por quien tanto las ama!
Hno. Santiago Kloster, ssp
y aprendiera escucharlas;
tal vez oiría sus voces,
en las madrugadas.
Parecieran estar tristes,
y motivos no les faltan:
¡Se han quedo huérfanas
las flores y las plantas!
Hernán conocía su origen,
el nombre de cada planta,
y al hablar con ellas,
por el nombre las llamaba.
Ahora nadie les habla,
ni una sola palabra;
antes del amanecer,
o al despuntar el alba.
Tal vez nadie las ama
como él las amaba,
y les dedicaba tiempo,
en cada circunstancia.
A veces se escuchan
lamentos de nostalgia;
¿quién nos dará agua
cuando nos haga falta?
El cielo se compadece
al verlas tan desoladas...
La lluvia cae mansamente;
ignoro si es agua,
tal vez, sean lágrimas.
Ahora parecen sonreír,
cuchichean en voz baja,
la Providencia las ama,
y cuidará de ellas,
como Hernán las cuidaba.
Es como si percibieran,
su presencia entre ambas;
de quien tanto las halaga,
de quien, aún las mima;
¡las recuerda a la distancia!
Y se sienten muy felices,
ostentando sus flores;
¡esparciendo por doquier
su balsámico perfume,
por quien tanto las ama!
Hno. Santiago Kloster, ssp
Un homehaje mas al P.Hernan Perez Etchepare+ ssp.
ResponderEliminarQuien las amaba, de la misma manera que derramara
amor a todo el que se le acercaba.!
Gracias Hno. Santiago por permitirme subirla al
blog...!
ETEL
Comparto en mi muro de las sonrisas de facebook. Gracias, Etelvina. Gracias al autor del poema.
ResponderEliminarYo ,que tuve junto a mi esposo la dicha de conocer ese jardín ,junto al padre Hernán,quedé muy conmovida por este poema.¡Gracias !
ResponderEliminarELSA TÉBERE