LA OVEJA DESCARRIADA

Cuantas veces me alejé de ti
cuantas me aparte de tu senda,
noventa y nueve más
tenías en el rebaño
las dejabas a todas
para hallarme a mi.

Tu oveja negra, descarriada,
muchas veces he sido
Tú siempre me buscaste
nunca me regañaste
teniéndolo por cierto
muy merecido.

Mi Buen Pastor
siempre me encontrabas
mi regreso al redil
con gozo festejabas,
con toda tu ternura
sin titubeos, me perdonabas.

Como no amarte Señor
que podía yo valer
negra, pecadora, descarriada
aún así, me mostrabas tu amor
sobre tus hombros me cargabas
era tu oveja rescatada.

Gracias mi Buen Pastor
de no haber sido así
de no amarme tanto
que hubiera sido de mi!

Ma. Etelvina Gimenez.