jueves, 31 de octubre de 2013

MI MISIONAR


Cuando te encontré
al instante, de ti me enamoré
descubrí que siempre te había amado
comencé a caminar a tu lado
a servirte, mi vida dedique.

Puse las manos en el arado
sembrando la buena semilla
en este camino sagrado
cumpliendo así mi misión
poniendo en ello, todo el corazón.

Antes, presentando a los hermanos
la Palabra, luz de la Verdad
hoy, entre poemas, comentarios, poesías
anunciándote como el Dios Bueno
el Dios de la Vida.

Ese es mi misionar
a todos, sin acepción llegar
el Evangelio predicar,
seguirte por siempre
sin titubeos, ni vacilar.

Ma. Etelvina Gimenez

lunes, 21 de octubre de 2013

ORACION DE LA MISION CONTINENTAL



                              PERMANENTE  EN  PY.

Quédate con nosotros, Señor
tú eres la Verdad misma,
eres Reveladora del Padre.
Ilumina nuestras mentes, con tu Palabra;
ayudanos a ser dóciles a la escucha.
Tú que eres la vida,
quédate en nuestros hogares
para que caminemos unidos.
Fortalece nuestra Fe, de discipulos
siempre atentos a la escucha
de tu voz de Buen Pastor.
Envíanos como tus alegres misioneros,
para que nuestros pueblos, en ti
adoren al Padre, por el Espiritu Santo.

AMEN.

Arquidiócesis de Asunción

jueves, 17 de octubre de 2013

ES PRIMAVERA



El invierno se ha ido
dando paso a la primavera
asoman árboles y flores
aves y pájaros de mil colores.

Las aves pían como jugando
las plantas estrenan
colores y perfumes nuevos,
los corazones vibran
al unísono, se produce el renuevo.

Es estación de enamorados
cobijados bajo el tibio sol
con brillo en sus pupilas
romances nuevos se van hilando.

El amor por la naturaleza,
la vida, por los otros
palpita como gritando
es tiempo de vivir cantando!

Ma. Etelvina Gimenez

jueves, 10 de octubre de 2013

DEJAME RECOSTAR EN TU PECHO


Al igual que el discípulo amado
dejame recostar en tu pecho
en ese corazón tan tuyo y lacerado
por lo mucho que te he traicionado.

Me amas tal como soy
tu corazón divino palpita
de amor por mí en todo instante
todo lo perdonas, todo lo olvidas
brindándote así, sin tiempo ni medida.

Dejame recostar en tu pecho
quedarme así toda la noche
bebiendo la savia que acuna mis versos
sin que jamás hagas un reproche.

Cómo no amarte, Señor
me has embriagado cual nuevo vino
mis tibias brasas has inflamado
iluminando con su fulgor, mi camino.

Dejame recostar en tu pecho
encendiendo una plegaria diferente
que toda mi vida, corazón y mente
se rindan ante ti eternamente!

Ma. Etelvina Gimenez