Fueron engendrados
pero no deseados
se los quiere sacar enseguida
sin pensar que quedan
múltiples heridas.
Sin mayor sentimiento de culpa
las mujeres se liberan
enviando a esos angelitos
a volar, sin rumbo fijo.
Nadie se hace responsable
ni se piensa
en el asesinato cometido,
dicen ser dueñas de su cuerpo
y así conseguir
lo que han decidido.
No se piensa en ese hijo
ni en sus derechos
menos aun en el regalo
que Dios les ha hecho.
Suplicamos se lancen
a la aventura del vivir
y verán que esos hijos
serán de enorme bendición
en todo su existir.
Ma. Etelvina Gimenez (Pro- Vida)